La importancia de valorar la funcionalidad:
A principio
de los años sesenta se empezaron a crear las primeras escalas de valoración que
miden la funcionalidad del anciano. Con el paso del tiempo han sido corregidas
y actualizadas a las necesidades de hoy en día, fijándose no sólo en lo físico/biológico sino en aspectos como el
deterioro cognitivo, social y las funciones mentales, indicadores que repercuten
decisivamente en la funcionalidad del adulto mayor.
Actualmente
el concepto de funcionalidad también ha dado un giro importante. El equipo
multidisciplinar, ya no se centra únicamente en la ausencia de enfermedad, sino
en el estado de bienestar físico, mental y social.
Existen distintos
estudios que describen el concepto de funcionalidad centrándose en unos u otros
aspectos. Pero todos llegan a la conclusión de que la funcionalidad es
fundamental dentro de la valoración geriátrica, pues con ella podemos definir
el nivel de dependencia y planificar el tratamiento, la rehabilitación y la
prevención que evita un mayor deterioro.
Una de las
primeras actividades que ha de realizar el personal de enfermería en el momento
que entra en contacto con un nuevo paciente, es la valoración.
Lo correcto
es realizar una Valoración Geriátrica Global (VGG) la cuál se define como un
proceso diagnóstico dinámico y estructurado que permite detectar y cuantificar
los problemas, necesidades y capacidades del anciano en las esferas clínica,
funcional, mental y social.
Para
llevarla a cabo se necesita la realización de una correcta anamnesis y
exploración física, y la valoración mediante las escalas correspondientes.
De las
muchas que existen, las que más se utilizan en el mundo y que han formado parte
de muchos estudios son: Katz, Barthel (ABVD) y Lawton-Brody (AIVD).
Para
realizar esta valoración, el enfermero es el profesional líder indiscutible del
equipo multidisciplinar.
En mi
opinión los enfermeros son los profesionales más cualificados y entrenados para
trabajar de acuerdo a un modelo de valoración estandarizado que utilice las
distintas “escalas de valoración”.
Con la
realización de una adecuada VGG el personal enfermero, estará iniciando el
objetivo de conseguir que el tránsito de llegar a la vejez se lleve a cabo en
las mejores condiciones de salud.
Bibliografía:
Vallejo J, Rodríguez M, Valverde M. Valoración
enfermera geriátrica. Un modelo de registro en residencias de ancianos. Gerokomos
2007; 18 (2): 72-76. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/geroko/v18n2/72rincon.pdf
Segovia M, Torres E. Funcionalidad del adulto mayor y el
cuidado enfermero. Gerokomos 2011; 22 (4): 162-166. Disponible en:
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