Un plan de cuidados integral enfocado a las personas mayores.

 Es una realidad que la atención que requieren nuestros mayores, necesita cada día de profesionales más especializados, debido a los avances que estamos viviendo y a las demandas que exige la sociedad.
Los enfermeros como agentes de salud, son la pieza clave para realizar la valoración mediante los modelos de enfermería. Uno de los más utilizados es el modelo de las 14 necesidades de Virginia Henderson, el cual nos aporta un sistema de valoración diferenciando entre las capacidades de los pacientes dependientes e independientes.
Este modelo de valoración se basa en las siguientes necesidades:

  1. Necesidad de respirar normalmente.
  2. Necesidad de comer y beber adecuadamente.
  3. Necesidad de eliminar por todas las vías corporales.
  4. Necesidad de moverse y mantener posturas adecuadas.
  5. Necesidad de dormir y descansar.
  6. Necesidad de usar ropas adecuadas, vestirse y desvestirse.
  7. Necesidad de mantener una temperatura corporal dentro de los límites normales.
  8. Necesidad de mantener la higiene corporal y la integridad de la piel.
  9. Necesidad de evitar los peligros ambientales y lesionar a otras personas.
  10. Necesidad de comunicarse con los demás y expresar su sexualidad y emociones.
  11. Necesidad de vivir de acuerdo con sus propias creencias y valores.
  12. Necesidad de autorrealización.
  13. Necesidad de estar ocupado y participar en actividades recreativas.
  14. Necesidad de aprender, descubrir y satisfacer la curiosidad.
En esta entrada quiero destacar:

La necesidad de estar ocupado para sentirse realizado y la necesidad de aprender y satisfacer la curiosidad.

Está demostrado que la etapa del envejecimiento provoca una serie de cambios que hacen necesario una importante adaptación. La pérdida de la actividad laboral y el aumento del tiempo de ocio, son las dos causas de mayor peso por las que aparece la “necesidad de estar ocupado”. La percepción del bienestar físico y emocional está íntimamente unida al enfoque de esta necesidad.
Existen estudios que demuestran que el mantenimiento de la actividad intelectual y social compensa los efectos negativos del envejecimiento, mientras que la falta de ejercicio tanto físico como mental conduce a que el envejecimiento patológico se anticipe.


En mi opinión una temprana y buena intervención enfermera en estas  necesidades, favorece y alarga la buena calidad de vida del anciano y su bienestar, objetivo para el cual trabaja el profesional de enfermería. Dichos profesionales deben ser competentes para usar las herramientas adecuadas que detectan las necesidades y cuidados que demanda este colectivo. 


Bibliografía:
Puig M, Lluch M, Rodríguez N. Valoración de enfermería: detección de la soledad y del aislamiento social en los ancianos de riesgo. Gerokomos 2009; 20 (1): 9-14. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/geroko/v20n1/09rincon.pdf

 
Guerra P. Mayores ¿activos ó pasivos? La importancia de la educación en la tercera edad. Cuestiones Pedagógicas 2008/2009; 19: 319-332. Disponible en: http://institucional.us.es/revistas/cuestiones/19/18Guerra.pdf

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